domingo, 8 de enero de 2017

"A la confianza le ocurre lo que a las horas o a cualquier tipo de inocencia. Son valiosas porque una vez perdidas, jamás se pueden recuperar.
Y la decepción... Bueno, la decepción no es más que un plato que te deja tibio, pues no se sirve ni frío ni caliente. Es sólo el aperitivo que no estaba en la carta. Se sirve siempre a los postres y es el único que nadie pidió degustar."


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