Hoy ha presentado Susana Díaz su candidatura a las primarias del PSOE. Pues nada. Ella misma. No voy a negar que no me gusta nada como candidata una persona que por ansia de poder y popularidad es capaz de llevarse por medio al que sea, pero eso va en su condición humana. Se puede ver cómo le encanta aparecer revestida del apoyo de los históticos barones (añejos y rancios añado yo, y que deberían haber salido de la política en todos los sentidos hace ya bastante tiempo). Le encanta aparecer como si fuera la salvadora de un partido que en lugar de hacer oposición se dedica a tirarse los trastos a la cabeza y a llamarse traidores y otras lindezas entre sus miembros.
El PSOE ya no tiene mucha solución. Habrá que esperar a ver qué ofrecen los candidatos en su programa dejando a un lado los navajeos existentes entre ellos. No sé si habrá sitio para nuevas ideas y nuevos proyectos que hagan en definitiva recuperar la confianza de los votantes.
Susana Díaz tiene mucho apoyo pero mucho riesgo. Porque nadie piensa que Sánchez o López puedan defraudar. Pero ella sí.
A mí no, por supuesto. Hace tiempo que no creo en los políticos de nuestro país.
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